La inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos y engloba habilidades tales como, el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía y la agilidad mental. Se trata de entender nuestras propias emociones en múltiples situaciones diferentes, al igual que las de las demás personas.
Y es que las emociones tóxicas pueden llegar a ser tan peligrosas para nuestra salud física como fumar varios paquetes de tabaco al día, por el contrario, el equilibrio emocional contribuye a proteger nuestra salud y nuestro bienestar.
Es por ello por lo que la inteligencia emocional se convierte en un área imprescindible a tratar dentro del coaching, porque cuando entendemos cómo reacciona nuestra mente y nuestro cuerpo ante distintas situaciones que nos pueden agobiar o dar miedo, podemos llevar a cabo una serie de acciones que nos sirvan para generar unas reacciones distintas a las de miedo, bloqueo, parálisis, etc.
Cuando somos capaces de controlar esos estados, nuestro miedo disminuye porque conocemos y sabemos cómo hay que reaccionar, pudiendo pensar mejor qué decisión tomar para evitar y salir del problema, lo que se traduce en conseguir un resultado beneficioso para nosotros.